Abandono y negligencia. En esto se puede resumir la historia de dos adultos mayores residentes en el municipio de Rivera (Huila), a quienes la Policía les ha incautado 60 animales, entre perros y gatos, debido a la pésima condición en que los mantenían.
Se trata de un drama en el que está en juego la vida de dos abuelitos y la de los animales, algo que, al parecer, no le preocupa, o no entienden las autoridades y la administración del municipio de Rivera.
El caso se conoció inicialmente en marzo del año 2017 (hace casi 6 años) luego de la denuncia realizada por los vecinos del barrio Chapinero de Rivera, debido a los malos olores que salían de la humilde vivienda. Otros vecinos aseguraron en su momento que los animales lloraban de hambre, incluso que vieron a los ancianos sacar, en bolsas de basura, algunos perros y gatos que murieron.
Ante la gravedad de los hechos, Asoanimales Neiva, realizó la primera visita al predio en compañía de la Policía, la Personería y la Inspectora de Rivera.
Al ingresar al lugar -cuenta Nubia Campos, directora de Asoanimales- se encontraron con la más dantesca y cruel escena. Dos abuelos enfermos, con evidente discapacidad y en extrema pobreza, con el agravante que en su poder estaban 36 animales, entre perros y gatos, todos al borde de la muerte, algunos amarrados de su cuello con alambres oxidados, otros con heridas y problemas de piel y todos con indiscutibles señales de desnutrición y anemia.
“Es algo doloroso ver la situación en la que viven estos ancianos, en el completo abandono del Estado y de la familia… ellos son acumuladores y además la gente irresponsable les deja perros y gatos en la puerta de la casa, pese a ser conscientes que ellos no están en condiciones, ni físicas, ni mentales y menos económicas de mantenerlos”, indica Nubia de Campos, directora de Asoanimales Neiva.
En ese momento los animales fueron rescatados y trasladados a un albergue donde recibieron la atención veterinaria y la comida que quizás jamás habían tenido.
Paradójicamente, los abuelos no tuvieron la misma suerte que los animales. La Personería de Rivera y la Inspección de Policía levantaron un acta e iniciaron un proceso para la supuesta restitución de los derechos de ellos, sin embargo, seis años después los abuelos siguen en el mismo lugar, acumulando basura, recogiendo perros y gatos y abandonados por su familia y por el Estado.
La ley 1850 de 2017 establece las medidas de protección al adulto mayor, penaliza el abandono por parte de la familia y fija la ruta para que el Estado, ante la ausencia de la familia, asuma el cuidado de ellos.
“El que someta a condición de abandono y descuido a persona mayor, con 60 años de edad o más, genere afectación en sus necesidades de higiene, vestuario, alimentación y salud, incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años y en multa de 1 a 5 salarios mínimos legales mensuales vigentes”. En otra aparte señala “que el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Salud y Protección Social implementará una ruta de atención inmediata y determinará los medios de comunicación correspondientes frente a maltratos contra el adulto mayor, ya sea en ambientes familiares como en los centros de protección especial y demás instituciones encargadas del cuidado y protección de los adultos mayores”.
Letra muerta, por lo menos en este caso, pues, aunque la historia fue conocida por los entes encargados (Inspección de Policía y Personería de Rivera), a la fecha no han hecho absolutamente nada por estos abuelitos.
Segunda denuncia, segunda visita
En abril del año 2022 la historia se repitió. Nuevamente los vecinos del bario Chapinero llamaron a Asoanimales a denunciar el precario estado de perros y gatos en el mismo lugar donde cinco años atrás habían rescatado a 36.
Ese día fueron 18, entre perros y gatos, los animales rescatados, todos desnutridos y al borde la de la muerte. Nuevamente hizo presencia en el lugar la Personería y la Inspección de Policía de Rivera que levantaron las actas donde quedó consignado, nuevamente, el estado de abandono de los dos adultos mayores, otra vez letra muerta, procesos engavetados y empolvados que en nada beneficiaron a los necesitados abuelos que están muriendo lentamente, viviendo, o mejor sobreviviendo de la caridad.
Tercera denuncia y no pasa nada
Allí no paró la historia. En las últimas horas, nuevamente por la denuncia de los vecinos, Asoanimales llegó al lugar, logrando el rescate de cuatro perros y dos gatos, que al igual que en las visitas anteriores, estaban en estado de crítico, amarrados y sin comida, completando así 60 animales rescatados en el mismo predio.
Juan Diego Amaya, concejal y líder animalista, destacó la labor de Asoanimales en este caso, en el que perros y gatos pasaron de vivir en las peores condiciones, a un albergue donde nunca falta la comida, donde están al cuidado de expertos veterinarios, con la posibilidad de algún día ser adoptados por una familia que les brinde afecto y cuidado, una labor de destacar y hasta aplaudir del grupo animalista.
Por el contrario, los abuelos siguen ahí, viviendo entre la basura, muriendo en el completo abandono de su familia y de un Estado paquidérmico en el que casos tan graves como estos, se quedan en los escritorios y en la mente de funcionarios negligentes.
Intentamos dialogar con la personera de Rivera, la Inspectora de Policía y el propio alcalde, pero no fue posible.