domingo, septiembre 15, 2024
Opinión

Por dignidad (si la tiene) Prada debe renunciar

Impartir justicia es una responsabilidad mayor y por tanto debe ser ejercida por personas integras, probas, sin tacha y comprobada idoneidad. Ser Magistrado es una dignidad que debe recaer sobre personas notables y con credibilidad.

Lejos de esta descripción está el poco célebre Álvaro Hernán Prada, recientemente quemado en su aspiración al Senado de la República y ahora procesado y llamado a juicio como presunto responsable del delito de soborno, esto en el caso de manipulación de testigos en el que también está investigado el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Pues contra todos los pronósticos Prada es ahora magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), un cargo que tiene como principal función regular, inspeccionar, vigilar y controlar toda la actividad electoral de los partidos y movimientos políticos, de los grupos significativos de ciudadanos, de sus representantes legales, directivos y candidatos, garantizando el cumplimiento de los principios y deberes que a ellos corresponden. ¿Será que una persona cuestionada por la justicia -como lo está Prada- es prenda de garantía para ejercer el cargo de Magistrado de una institución tan importante para el país? Definitivamente NO.

En el país conocen a Álvaro Hernán Prada como el hombre que se le acercó al expresidente Uribe y a punta de actos de adulación (sinónimo de lambonería) consiguió que lo dejaran encabezar una lista cerrada a la Cámara de Representantes por el departamento del Huila. Prada logró meterse en el Centro Democrático en su mejor momento y colgado del partido de gobierno y de la imagen del propio expresidente Uribe, consiguió elegirse y reelegirse como Representante, siempre en lista cerrada, es decir, sin votos propios.

Claramente Prada no hubiera logrado llegar al Congreso si Uribe no se lo hubiera hecha al hombro (hablando electoralmente). Antes de pegarse al CD, Prada intentó llegar a la alcaldía de Neiva, esto fue en el año 2011, en ese momento con el aval del Partido Liberal, consiguiendo apenas 21.502 votos que no le daban ni para ser Diputado.

Y para no ir tan lejos, en su aspiración al Senado de la República (elecciones 2022) apenas consiguió 23.368 votos en todo el país, lo que confirma y ratifica que, si ni hubiera sido por Uribe, Prada jamás habría llegado al Congreso.

En el Huila todos saben que Prada siempre ha sido lo que llaman un “buena vida”, de esos que trabajan poco y milagrosamente viven como reyes. Su fortuna no es precisamente fruto del sudor de su frente, tal vez sí del esfuerzo de su entonces padrastro, Jorge Eduardo Gechem, el otrora cacique político del Huila, a quien un secuestro le arruinó la vida, y lo de la ruina es literal. Después de seis años de un penoso plagio por parte de las extintas Farc, Gechem logró la libertad, encontrándose con la triste noticia que, de su fortuna, del trabajo de toda su vida, no quedaba mucho. Acto seguido, Gechem se separó de la que fue su esposa (la mamá de Prada) y aunque los motivos de la separación sólo ellos los conocen, parecen evidente$.

Pero sigamos con Prada. En el Centro Democrático no lo quieren ni lo respetan, en especial la dirigencia del Huila que lo tilda de “torcido”. En las pasadas elecciones regionales, pese a que su partido tenía candidatos propios a la Alcaldía de Neiva y a la Gobernación del Huila, él decidió apoyar a Gorky Muñoz y Carlos Ramiro Chávarro. Su deslealtad se la cobraron y bien cara. El Centro Democrático en el Huila no lo apoyó y por eso apenas llegó a los 23 mil votos en todo el país, pese a los muchos, pero muchos millones que gastó.

Pero la vida sigue y como dicen por ahí, muchos caen, sólo que algunos logran caer parados.

El mayor logro laboral de Prada, antes de que se le apareciera la virgen (léase Álvaro Uribe), fue ser asesor del Banco Agrario y de la Superintendencia de Sociedades. Antes de esto fue Secretario de Gobierno del Huila y por un acto de deslealtad (aventurilla amorosa) no sólo salió de la Gobernación, también del Partido Liberal.

Y siguió cayendo parado. Pese a ser rotundamente derrotado en las urnas, a estar en un partido en el que solo Uribe lo quiere, Prada logró colarse, meterse en el Consejo Nacional Electoral -dignidad que evidentemente no merece- pero que, en justicia, parece que perderá gracias a una demanda que ya admitió el Consejo de Estado.

El demandante es Víctor Javier Velásquez, director de la Corporación Justicia y Democracia, quien considera que Prada “no ha ejercido su profesión con decoro”, algo que parece más que evidente. En la demanda pide, como medida cautelar, que Prada sea suspendido del cargo en el CNE, lo que la magistrada de la Sección Quinta, Rocío Araujo, está analizando.

Así las cosas, si se cae su nombramiento, claramente estaríamos hablando de la muerte política del poco célebre Prada, un personaje que no le ha aportado nada al Huila.


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Germán Hernández Vera
El principal temor de los corruptos es el periodismo imparcial.